sábado, 21 de enero de 2012

Dos años y medio.


El protagonista de blog, se acerca irremediablemente a la edad adulta. En poco más de medio año, Ambar, será un Rhodesian hecho y derecho, pero el periplo hasta aquí vivido no ha sido fácil y a veces no tan agradable, como en un principio creímos que así sería. A día de hoy, cuando alguien se interesa por la raza y me pregunta que qué tal, solo se decirles que no es un perro fácil, no es un perro para quien no quiere comprometerse y si busca un perro sencillo, esta raza al menos Ambar, no lo es. Sin embargo, y esto es totalmente cierto, si me preguntaras que perro querría en el futuro, sólo se me ocurre Ambar, no un rhodesian ni cualquier otra raza, querría sólo a Ambar.




Rhodesian Riedgeback, la segunda parte del nombre, esa tan difícil de pronunciar y por la que los extranjeros suelen definir a esta raza, es la que determina la seña de identidad física que los diferencia. Sin embargo la primera parte, aquella que lo sitúa geográficamente esconde una parte de la historia de Africa quizás intencionadamente olvidada. Cecil Rhodes, empresario, colonizador y político británico, fue además, fundador de la compañía De Beers, la cual actualmente controla el 60% del mercado de diamantes en bruto del mundo y que en otros tiempos fue hasta el 90%. Dicha empresa le hizo ser el hombre más rico del mundo en su época, allá a finales del siglo XIX y quizás, ayudado por su ingente fortuna y su desmedida ambición, también fundo un país que llevaría su nombre  y que hoy es repartido dicho territorio entre los actuales Zimbabue y Zambia. La historia de como aquel hombre obsesionado por engrandecer el imperio británico, consiguió conquistar y doblegar pueblos como los zulu o tambien los otentotes, de dónde viene el perro que dió la cresta al RR, pertenece a la historia de genocidios que salpicaron Africa durante el final del siglo XIX y continuo durante todo el XX. El nombre de Cecil Rhodes se suma al de los colonos Boers con quienes pugnó por el dominio colonial del sur de Africa, intereses europeos cruzados y entre medias, como siempre, quienes eran dueños reales de este lugar del planeta que fueron diezmados y desplazados, no sin antes plantar dura batalla y terminar, por ejemplo, con la vida del único descendiente que dejó Napoleón.



Africa, este perro es Africa por cada uno de sus poros. Longilinio y anguloso, de color tostado, enjuto  y tremendamente instintivo. Su caracter es la gran controversia, quizás marcado por su origen, el cual inevitablemente te hará sufrir y a la par enamorarte de él. Y es que estos perros fueron seleccionados para ser animales cazadores, cazadores de grandes piezas que bien podían acabar con la vida del can en un simple suspiro, con un único zarpazo. Por eso no puede ser un perro confiado, debe ser un animal pendiente de los cambios y de los pequeños detalles que en décimas de segundo supongan la diferencia entre la vida y la muerte. Y ese quizás sea el mayor de los problemas cuando decidimos tener un RR, hay que enseñarle que el extraño no es una amenaza, que los patos del parque no son presas fáciles y que su boca, esa con la que descubre el mundo, debe ser delicadisima con nosotros. Quizás una característica más de su personalísimo carácter es que como buen cazador de leones, él también es un poco gato. Por eso será él, ante el extraño el que decida si acercarse o no, si consentirle o no. 



Y aprende, vaya si aprende. Ambar no es el típico perro pastor deseoso de seguir las ordenes de su guía. Estos perros, al menos el nuestro, tiene otras motivaciones totalmente diferentes. Lo suyo es la estrategia en la caza, probará una y mil veces acortar la huida del avispado conejo e imaginará por dónde zigzagueara para cortarlo en su huida. Y si eres hábil en esa pasión que alberga, conseguirás de él prácticamente lo que quieras. Pues a través del juego, de su juego será cuando más y mejor aprenda, eso si, si el cometido que le encomiendes tiene sentido, SU sentido. Con él no valdrán los reclamos artificiales ni las dulces golosinas. Su motivación pasa por entero por el juego de la vida y la muerte, la caza más primitiva e instintiva. De manera natural sabe como rastrear animales pequeños o ventear presas más grandes, como corzos, jabalíes o las mismísimas cabras montesas, diferenciando perfectamente sus rebaños del de las ovejas. Es todo un espectáculo observarle en una jornada de pateo montañero, donde el avistamiento de cabras en la sierra madrileña es motivo asegurado. Observarle en esas carreras monte a través donde desplegará todas sus capacidades físicas y cinegéticas.  Será allí donde llenará los valles de la serranía de su ladrido llamando a jauría y donde podréis observar en su rostro el máximo de felicidad que un perro así os puede mostrar. Hace tiempo leí, que hay científicos que piensan que la motivación del hambre no es suficiente com para que un depredador salga a cazar. Parece ser, que la principal motivación es el placer que este acto les produce y que la comida no es más que una consecuencia y un refuerzo positivo más. No cazo, ni nunca cazaré, pero reconozco que al ver a un perro perseguir cualquier animal de presa y el jubilo con el que regresan, por lo general sin su posible victima, más de una vez he tenido la tentación de cerrar ese curioso binomio hombre perro cazando juntos. Si, soy un flipado pero quien no lo es cuando se deja llevar por los sentimientos.

Nota: las escasas veces que Ambar ha cazado algo, ha sido siempre animales enfermos o heridos. En su haber hay tres o cuatro conejos, todos con mixomatosis y un par de palomas torcaces que no levantaban vuelo... bueno, una de ellas voló menos que Ámbar, esa es la verdad.






Pero si salvaje y audaz es el monte, tierno y tranquilo es en el hogar. La idea manida y tantas veces expuesta de que los perros grandes no tienen cabida en un piso pequeño contrasta con el comportamiento de este perro. Nada ladrador, pasa las horas pacientemente tumbado observando tus idas y venidas para que cuando al fin decidas tomar asiento en el sofá principal del hogar, él te acompañe, posiblemente en el mejor lugar del mueble. Lo he contado mil y veces y no dejaré de contarlo y se que el día que Ambar nos deje, esta costumbre que tiene es una de las que más echaremos de menos. Ambar, suele reclamar tu abrazo y sino se lo das, es él el que te abrazará. Es fácil verle abrazar a Raquel y meter su cabezota en su costado. Si tienes algún día un RR, descubrirás que no hay pelo más suave y confortable sobretodo en las noches de invierno. El pelo de la cabeza, rivaliza con el terciopelo y el del resto del cuerpo, aunque en menor medida, es de una suavidad exquisita.  Parece mentira que un animal tan poderoso, tan dotado para la caza, pueda ser todo ternura en el ambiente más tranquilo del hogar. Movimientos lentos, lejos del estrés o el nerviosismo de otros perros ante el contacto de sus compañeros humanos, este perro tan felino a veces te confunde y por momento crees que a quién abrazas es el león que le dio fama.








En estos dos años, el que escribe ha aprendido mucho sobre perros y personas. Se ha tenido que enfrentar al miedo de las segundas y al desconcierto que supone tener un animal que en ocasiones no reaccionaba como uno hubiera querido que así fuera. Si bien, a día de hoy, Ambar es un perro tranquilo y estable en la gran mayoría de las ocasiones, el primer año de vida nos mostró todo aquello a lo que temía o no sabía controlar. Por ello es tremendamente importante que tanto criadores como dueños, intenten socializar lo más posible desde el primer instante a cualquier perro más si este posee cualidades fisicas tan potentes como el RR. Creo que este detalle, lejos de ser un fallo, es una virtud más, de este animal que nos demuestra así su sensibilidad e inteligencia pero que en manos equivocadas puede desembocar en un irremediable fracaso que muy bien podría acabar en un desenlace fatal. Por eso no me cansaré de repetirlo, aunque no sea un experto ni una voz con propiedad para ello pero creo que los perros en su primer año de vida, deben poder experimentar todo lo posible y para ello deben saber, lo primero de todo, ir sueltos, siempre supervisados por nosotros, donde poder experimentar, interactuar y descubrir un mundo cambiante y con infinitas variables. Aún me sorprendo observar como quedan aún pueblos donde los perros viven el 90% del tiempo sueltos sin problemas ni grandes rivalidades. Está claro que en grandes urbes, esto es una quimera y que si queremos controlar la natalidad sólo nos queda el control o la esterilización; sin embargo la socialización y el manejo de la misma ante los diversos individuos con los cuales se encontrarán a lo largo de su vida sólo serán correctos si el animal ha tenido la oportunidad de aprender a manejar el variado lenguaje del cual disponen los canes. Aún así, a pesar de que su educación sea correcta, no olvidaremos que al igual que nosotros siempre elegirán con quién compartir sus relaciones y que entre machos, las amistades son muy limitadas.






Podría seguir contando  virtudes y defectos de el personaje que nos acompaña, podría contar su periplo por la leishmaniasis, enfermedad que parece querer ponerme a prueba y que ha decidido acompañar a mis dos compañeros caninos. Podría ser mucho más crítico sobre como la sociedad trata tanto a los perros como a la gente que tenemos estos animales pero no se si es que últimamente no tengo ganas de escribir o quizás me haya cansado de chocar contra ese muro que tantas veces y en tantas facetas de la vida te enfrentas con definición y sentido intolerante.







Por lo que sin más reflexión y ahora que va a empezar lo realmente interesantes, esperemos que lo que venga sea más fácil y tan gratificante como en la mayoría de los casos han sido estos tres años.



10 comentarios:

  1. Muy bonita entrada Nacho, Ambar es tambien un afortunado de convivir con vostros y disfrutar de esa vitalidad que le ha hecho superar esos momentos dificiles. Ahora con el tiempo, quizas sea un poco mas tranquilo, pero el espiritu del león estará ahí acompañandoos...

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    1. Gracias Luis, disculpa q no contestara antes, pero me prodigo poquísimo por nuestro blog.

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  2. Afortunados, los dos, por haberse cruzado vuestras vidas y estar juntos

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  3. Parece que ese "cazador de leones" que Ambar lleva en su interior se deja ver de vez en cuando ¿Eh? Lógico y normal, todos tenemos nuestro instinto y a todos nos cuesta doblegarlo, aunque nos guste pensar lo contrario.

    Lo bueno es que ahí estás tú, aprendiendo de él y enseñándole a la vez. Al fin y al cabo, eso es exactamente en lo que consiste cualquier relación de amistad.

    Por cierto, siento mucho lo de la leishmaniasis. Espero que no dé demasiada guerra.

    ¡Ah! y a la gente que le den por culo (con perdón). Disfruta de ese amor que Ambar te da cada día que, aunque difícil, seguro que es de lo más puros y sinceros que puedas encontrarte a veces.

    Un abrazo para tí y otro para Ambar.

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  4. Muy bonito post, me he sentido identificado mucho, puesto que mi Kira que también va camino de los 3 años me ha dado mucha "guerra" pero infinidad de alegrias.

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    1. Desde luego, esta es una raza q una vez conocida, no engaña.

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  5. Precioso texto. Fotos alucinantes. Me ha encantado.

    Estoy de acuerdo contigo en todo. Tengo tb un RR. Este es el segundo. El primero murió hará el sábado un año, por insuficiencia renal.

    Mi nuevo cachorro tiene ahora ocho meses, estoy en esa fase de socialización. Por ahora va por buen camino, pero no puedo despistarme en nada. Como bien dices, son perros muy potentes y es fundamental responsabilizarse en su aprendizaje.

    Hacia tiempo que no entraba en este blog y llevo un rato encantada leyendo y viendo fotos.

    Veo en las entradas últimas que Ambar tiene una recuperación estupenda. Me alegro muchísimo.

    Hay que disfrutar todo lo que podamos de ellos, son excepcionales.
    Aunque si es verdad que en la convivencia con los demas nos dan algún que otro problemilla. Para mi, casi siempre por la imcomprensión e ignoracia de una pequeña parte de la sociedad.

    Un saludo y gracias por compartir estas vivencias.

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  6. Gracias a ti Mar por leernos. Un abrazo.

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