viernes, 19 de febrero de 2010

Hagamos resumen

Más o menos hará cinco meses esta semana que el protagonista de este blog lleva con nosotros. En este tiempo creo que los tres hemos aprendido mucho pero sobre todo, lo que en concreto yo he aprendido, es que queda mucho más por aprender. En el transcurso de este tiempo no todo ha sido tan fácil como las imágenes de este blog pudieran mostrar, Ámbar no es el fácil y sumiso Harpo el cual ha estado en numerosas ocasiones presente. La personalidad de este animal, la cual sigue formándose está cargada de matices que nos han despistado más de una vez y que poco a poco ha ido confirmando lo que inicialmente sus criadores nos explicaron. Razón por la cual he ido modificando mi manera de pensar sobre la personalidad y el carácter de los perros en general.
El carácter que marca el estándar de estos perros deja bien claro que no es un perro confiado, el cual se muestre confiado ante los extraños o situaciones nuevas. Como nosotros no podemos hablar de la raza en general, pues razonablemente sólo conocemos a Ámbar y Koby, no nos atreveremos a decir que sea así, pero en lo que respecta a Ámbar, lo clava. Esta característica inicialmente puede parecer que el animal sea en ocasiones, aparentemente miedoso, sin embargo, si ahondamos en sus comportamientos lo que observamos es que gusta mantener distancia hasta confirmadas las intenciones de quién a sus ojos es un extraño. De igual manera, tampoco es el típico perro que se motive con juegos con objetos inanimados. Lo suyo es el juego de verdad, cazar de verdad, correr detrás o delante de algo que respire, sienta e interactue. El resto, una vez descubierto el engaño, es un elemento más que si no es interesante a la hora de mordisquearlo, pasa a un plano lejano y su escala de intereses.

Ámbar no sólo está creciendo en tamaño sino que de igual manera lo está haciendo en carácter y personalidad. Es un animal tremendamente curioso, inteligente y cariñoso con nosotros. Pero también es fuerte de carácter y poco a poco va mostrando que con él no se podrá jugar así como así. Este último detalle es que más me ha preocupado y es el que espero sea el que demuestre que todo el trabajo de socialización haya servido para algo. Después, habrá tiempo para perfeccionar su adiestramiento, conseguir que sea un animal en todo caso educado y de fiar pero sin reprimir su lado salvaje que por otro lado me encanta.
Estos meses, muy a mi pesar, me han mostrado duramente en qué me equivoqué con Harpo. Estos meses, han descubierto que un perro como aquel en cierta medida fue un perro que por culpa mía dejó de pensar para simplemente cumplir lo que se esperaba de él y después de estos cinco meses, tengo claro que no quiero que sea lo que le pase a Ámbar. Seguiremos aprendiendo, seguiremos trabajando y sobretodo, seguiremos disfrutando.











4 comentarios:

  1. Hola Nacho!
    Primero de todo felicitarte por tu blog, lo sigo a menudo y me encanta como Ámbar se lo pasa pipa. Te escribía para comentarte que, sobre tu última entrada, no estoy de acuerdo con lo que dices de Harpo. Creo que estás humanizando a tus perros, a los dos. Lo digo pq no creo que Harpo fuera infeliz por hacer lo que tú le decías, es más, la mayor parte de los perros lo que quieren es eso. Por lo que has comentado de Harpo, creo que fue muy feliz contigo, saliendo a correr en la naturaleza, pocos perros pueden hacerlo y por eso te felicito.

    Yo tb tengo una perra y salgo a correr con ella así que entiendo perfectamente lo maravilloso que es. En fin, a disfrutar de Ámbar!

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  2. Hola Hatshet creo que me he explicado mal. El problema es que ahora entiendo más cómo es un perro y por eso hago este comentario. A Harpo le enseñé a que hiciera lo que yo quería sin darle opción a que él decidiera cómo hacerlo y creo que tal imposición le restaba un poco de libertad. No humanizo, perrizo y doblo el rizo ;-). Lo que te quiero decir es que a Ámbar no sólo le enseño correr a mi lado, a buscar algo o sentarse, sino q pretendo que él tome su propia iniciativa, buscar sin mirarme a mi, a sentarse o estarse quieto cuando deba por su bien y no sólo porque yo lo desee y sobretodo a relacionarse mucho más que dejé hacer a Harpo, con otros perros. Verás, Harpo fue mi primer animal tanto tiempo deseado y era tanto lo que deseaba tener un compañero perruno que le hice drogodependiente de mi. Hoy se, que no fue justo aunque se que tuvo la mejor vida que yo supe darle. Lo malo es que mi caracter es perfeccionista o no puedo dejar de pensar que nuestra relación bien pudiera haber sido un poco mejor.

    Un saludo y gracias por tu comentario.

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  3. Bueno! de una forma o de otra creo que ambos perros tienen y han tenido mucha suerte de que seas su dueño. Supongo que Harpo y Ámbar son también dos perros con personalidades completamente diferentes. En realidad no se yo si Ámbar se dejaría controlar tanto, jiji.
    Ya nos veremos en las carreras, yo seré la que va de bandera detrás de una podenca de 23 kg!

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  4. ¡¡¡pero qué guapo es el jodio!!! me encanta la foto tercera la que se le ve la silueta perfectamente detrás de las hojas ¡¡como mola!!, tu amo es un artista aunque con un modelo así no es tan difícil.

    Bueno a seguir aprendiendo "ambos" los tres

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