jueves, 26 de noviembre de 2009

Una conversación.

Nacho, qué eso del agility??
Creo que es una actividad deportiva dónde vosotros demostráis la agilidad y velocidad al sortear un circuito con obstáculos.
Ah!. Y qué gano yo con ello.
Bueno, supongo que diversión, mayor compenetración con tu compañero humano, es decir Raquel o yo si decidiéramos hacerlo.
Diversión??.
Si hombre.
Y el canicross?
Es otra modalidad deportiva en la cual humano y perro corren juntos una distancia determinada.
Ah!. Pero vosotros vais muy lentos.
Si.
Y no dices que cuando corres con gente que va muy lenta al final te aburres??.
Si, quizás sea la razón de que a veces no queráis correr. Verás, yo creo que tanto una actividad como la otra apaciguan un instinto tan vuestro como nuestro, un instinto cazador.
Y que es un instinto.
Instinto es la capacidad que tenemos los humanos de definir un sentimiento ;-).
Uy!, no se porqué me da que a más de uno esa definición no le va a gustar. Es decir, lo que quieres decir es que vosotros al igual que nosotros os movéis también por instintos.
Si, sólo que podemos explicarlos y entonces los matizamos. Así nos creemos diferentes. Pero yo creo que cualquier comportamiento nuestro va motivado por un instinto primario, son los matices los que nos hacen más o menos civilizados, más o menos inteligentes, eso y el uso y entendimiento que hagamos sobre ellos.
Interesante. Entonces, volviendo al tema anterior. Si lo que hacemos con el agility y el canicross es simular una cacería, porque no nos dejamos de tonterías y cazamos????.
En el caso nuestro en particular, porque no necesito matar a ningún animal salvaje para sobrevivir, al igual que tú.
Lo entiendo... pero entiende tú que ni en agility ni en canicross soy un perro de verdad. Correr sin seguir un rastro, saltar, investigar sin un fin claro para mi sólo te complacerá a ti.
Tienes toda la razón. Mira, cuando corría con Harpo por Valdelatas, él solía perderse por el bosque en busca de rastros y olores. De vez en cuando encontraba un rastro y enseguida empezaba un ritual mágico. Empezaba a ladrar de una manera particular que sólo hacía en esas ocasiones, poco después, conseguía cruzar delante de mi camino a un conejo, una perdiz o una liebre. Pocas veces logró dar caza al animal y las que lo hizo nunca lo mató. Nunca aprendió a hacerlo y se limitaba a empujarle con el hocico para que continuara su carrera. Después, cuando dormía y soñaba, repetía el mismo ladrido. No se Ámbar, pero yo juraría que era feliz.
¿Harás lo mismo conmigo?.
Depende de ti amigo, depende de ti.

2 comentarios:

  1. Pues yo -como humana- veo mucho más divertido lo que correr por Valdelatas o por cualquier otro sito libre y sin ataduras, donce Ambar vaya descubriendo su bola todo lo que la naturaleza le depara.

    Ámbar, eso si, sin perder a tus amos de vista, me temo amito de Ámbarque te tienes que poner las pilas ¡¡no me pillas ni en sueños!!

    Bueno ya nos dirás como se van resolviendo tus inquitudes .....

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  2. Una cosa no quita la otra... a nosotros en las competiciones nos ponen un circuito también ;-). El agility me parece precioso de ver . Y el otro día vi un canicross en Cerceda y me encantó. Ambar, puedes entrenar siguiendo rastros en Valdelatas o donde te lleve el Nacho... y luego competir junto con tu jefe, y así el también participa

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