Los cachorros que crecen rodeados de seres de su misma especie, gradualmente aprenden a obtener el auto-control que necesitaran como adultos. ¡Y lo aprenden muy bien! Cuando se conviertan en adultos habrán obtenido todo el auto-control necesario para subsistir. Necesitamos empezar a criar cachorros de modo similar al que serian criados de forma natural, es decir, por perros desde su infancia hasta su adultez.
La licencia de cachorro.
El primer y mayor error que cometemos como propietarios de un cachorro, es crearnos expectativas y establecer obligaciones demasiado exigentes, lo que hace que no existan muchas probabilidades de que el cachorro pueda acometerlas con éxito. En la Naturaleza o cuando los perros tienen la posibilidad de crecer naturalmente como parte de una manada, aprenden a auto controlarse muy gradualmente. De hecho, hasta la edad de 16 a 20 semanas de vida poseen la llamada “Licencia de cachorro”, se llama así porque durante estos meses parecen tener permiso para experimentar una gran cantidad de comportamientos sin ser controlados y corregidos por los perros adultos. Pareciera como si llevaran una credencial colgada y ante cualquier conflicto la mostraran diciendo “na, na, na, no puedes hacerme nada, ¡tengo licencia de cachorro!”. Frecuentemente vemos como cachorros de pocas semanas sacan ventaja de esta licencia molestando a adultos que descansan a su alrededor, subiéndose encima, mordisqueando sus orejas, con sus ojillos llenos de brillo y travesura. Los perros adultos les permiten arremeter contra ellos con increíble paciencia durante este periodo.
Hacia las 16 a 20 semanas de edad, la licencia se encuentra a punto de expirar. Ahora, los cachorros necesitan empezar gradualmente a aprender controlarse mejor y a comportarse mas educadamente. Continuaran siendo perdonados por sus frecuentes equivocaciones y errores –después de todo, no son adultos aun-. La adultez llegara naturalmente con tiempo y experiencia.
Puede resultar confuso el hecho de que un cachorro pueda pasar de un estado de desarrollo a otro en unos pocos días, pero es necesario tener en cuenta que los perros pasan de su infancia a la adultez en menos de 2 años. En comparación, los humanos necesitamos 20 años antes de poder llamarnos adultos -muchos necesitan aun más tiempo.
El perro joven
Una vez que el periodo de cachorro culmina, alrededor de los 4 meses y medio de edad, empieza otro no menos importante, la adolescencia. Esta se compone de varias etapas y termina hacia lo 2 años. A veces dura mes tiempo, a veces menos. Los perros jóvenes son como los humanos jóvenes:
Les gusta la acción y la velocidad.
Se aburren rápidamente cuando “no pasa nada”.
No saben controlarse del todo.
No pueden controlarse cuando algo excitante ocurre. Como los niños cuando ven un camión de bomberos o como los perros cuando huelen un conejo.
Su capacidad de concentración por largos periodos de tiempo es realmente pobre. Así como los niños “se olvidan” de regresar directamente a casa después de la escuela, ellos olvidan que le has pedido que haga hace diez segundos.
Encuentran aburrido el aprendizaje si este dura demasiado o no es atractivo. Los perros jóvenes necesitan entrenamiento, pero en cortas y divertidas sesiones para que puedan mantener su atención y no cansarse de hacerlo. Sus necesidades de actividad pueden ser cubiertas con cortas y fáciles sesiones de entrenamiento en un campo de agility, entrenando la llamada, tomando paseos por la montaña, estando con otros perros y jugando sin correa con ellos, y muchas más.
La licencia de cachorro.
El primer y mayor error que cometemos como propietarios de un cachorro, es crearnos expectativas y establecer obligaciones demasiado exigentes, lo que hace que no existan muchas probabilidades de que el cachorro pueda acometerlas con éxito. En la Naturaleza o cuando los perros tienen la posibilidad de crecer naturalmente como parte de una manada, aprenden a auto controlarse muy gradualmente. De hecho, hasta la edad de 16 a 20 semanas de vida poseen la llamada “Licencia de cachorro”, se llama así porque durante estos meses parecen tener permiso para experimentar una gran cantidad de comportamientos sin ser controlados y corregidos por los perros adultos. Pareciera como si llevaran una credencial colgada y ante cualquier conflicto la mostraran diciendo “na, na, na, no puedes hacerme nada, ¡tengo licencia de cachorro!”. Frecuentemente vemos como cachorros de pocas semanas sacan ventaja de esta licencia molestando a adultos que descansan a su alrededor, subiéndose encima, mordisqueando sus orejas, con sus ojillos llenos de brillo y travesura. Los perros adultos les permiten arremeter contra ellos con increíble paciencia durante este periodo.
Hacia las 16 a 20 semanas de edad, la licencia se encuentra a punto de expirar. Ahora, los cachorros necesitan empezar gradualmente a aprender controlarse mejor y a comportarse mas educadamente. Continuaran siendo perdonados por sus frecuentes equivocaciones y errores –después de todo, no son adultos aun-. La adultez llegara naturalmente con tiempo y experiencia.
Puede resultar confuso el hecho de que un cachorro pueda pasar de un estado de desarrollo a otro en unos pocos días, pero es necesario tener en cuenta que los perros pasan de su infancia a la adultez en menos de 2 años. En comparación, los humanos necesitamos 20 años antes de poder llamarnos adultos -muchos necesitan aun más tiempo.
El perro joven
Una vez que el periodo de cachorro culmina, alrededor de los 4 meses y medio de edad, empieza otro no menos importante, la adolescencia. Esta se compone de varias etapas y termina hacia lo 2 años. A veces dura mes tiempo, a veces menos. Los perros jóvenes son como los humanos jóvenes:
Les gusta la acción y la velocidad.
Se aburren rápidamente cuando “no pasa nada”.
No saben controlarse del todo.
No pueden controlarse cuando algo excitante ocurre. Como los niños cuando ven un camión de bomberos o como los perros cuando huelen un conejo.
Su capacidad de concentración por largos periodos de tiempo es realmente pobre. Así como los niños “se olvidan” de regresar directamente a casa después de la escuela, ellos olvidan que le has pedido que haga hace diez segundos.
Encuentran aburrido el aprendizaje si este dura demasiado o no es atractivo. Los perros jóvenes necesitan entrenamiento, pero en cortas y divertidas sesiones para que puedan mantener su atención y no cansarse de hacerlo. Sus necesidades de actividad pueden ser cubiertas con cortas y fáciles sesiones de entrenamiento en un campo de agility, entrenando la llamada, tomando paseos por la montaña, estando con otros perros y jugando sin correa con ellos, y muchas más.
Necesitan aprender gradualmente autocontrol, pero a poco tiempo por vez. Esa es la razón por la que hacemos las cosas paso a paso, para lograr que un perro se mantenga mucho tiempo sentado y quieto empezaremos por lograr y premiar que lo haga por 2 segundos, luego por 5, 10, etc.
Se considerado cuando tu perro este perdiendo concentración, permite que se tome un descanso, que se distraiga por un rato, para poder luego recuperar su atención y continuar el entrenamiento.
Permite al perro adolescente que se salude y juegue con otros perros. ¡Importante!
Evita las sesiones de entrenamiento largas, repitiendo siempre el mismo ejercicio una y otra vez, castigos y todo lo que haga que se agote y se harte de entrenar.
La socialización con personas y otros animales es importante. Enseña a tu perro a sentirse seguro en todo tipo de situaciones y en todo tipo de ambientes.
Practica actividades divertidas como rastreo, búsqueda, cobros, trucos, etc.
Debemos tener en cuenta que los perros son seres sociales que necesitan aprender sobre comunicación, comportamiento educado y autocontrol. De otra manera su vida como miembro de una manada seria insoportable. Y ellos aprenden, poco a poco, como los seres humanos durante la infancia y la adolescencia. ¿Quién ha visto alguna vez a un niño de 4 o 6 años con auto-control? Cuando un “cuatroañero” se vuelve histérico, no hay manera de hacerle entrar en razón. Lo mismo con uno de 6 años. Tratar de enseñarle algo en pleno ataque de histeria es desesperante. Necesitamos esperar que se calmen para lograr que nos escuchen y conseguir enseñarles algo.
Cuando un propietario va a clase con un perro joven (un “niño de 6 años”), este rápidamente entrara en estado de excitación –debido a nuevos perros, nuevo sitio, nuevas situaciones, etc.- Al mismo tiempo, las clases requieren que el perro y el propietario sigan un estricto programa de ejercicios, y además, la duración del programa es demasiado larga para un perro joven. No me sorprende que nuestro “seisañero” se vuelva agitado e incluso histérico. Muchos (realmente muchos) propietarios abandonan estas clases y cursos porque sus perros son “impulsivos”, “muy nerviosos” o “cabezasduras”. He conocido muchos propietarios en esta situación. Sus perros no están “locos” como ellos me cuentan, la explicación es que sus niveles de estrés están al máximo y los de auto-control al mínimo. ¡Naturalmente!
Porque no han aprendido como lidiar con este tipo de situaciones anteriormente. ¡Están condenados a fracasar!
El uso de violencia o fuerza para conseguir que nuestro perro nos preste atención en ninguna situación nos reportara nada bueno. Por el contrario, si nuestro perro no se encontraba ya en un estado de histeria, lo estará si lo forzamos o amenazamos. NO es nuestra misión poner el listón de demandas demasiado alto, esto no ayuda. Si nuestro joven perro no puede con una situación, quiere decir simplemente que no esta capacitado para hacerlo. Nosotros podemos prevenir todos estos problemas aprendiendo a observar el estado emocional de nuestro perro, aprendiendo a ver cuando la temperatura empieza a subir y dejar de hacer lo que estemos haciendo antes que el perro alcance un nivel de estrés y excitación en el que ya no le sea posible comunicarse y aprender.
Se considerado cuando tu perro este perdiendo concentración, permite que se tome un descanso, que se distraiga por un rato, para poder luego recuperar su atención y continuar el entrenamiento.
Permite al perro adolescente que se salude y juegue con otros perros. ¡Importante!
Evita las sesiones de entrenamiento largas, repitiendo siempre el mismo ejercicio una y otra vez, castigos y todo lo que haga que se agote y se harte de entrenar.
La socialización con personas y otros animales es importante. Enseña a tu perro a sentirse seguro en todo tipo de situaciones y en todo tipo de ambientes.
Practica actividades divertidas como rastreo, búsqueda, cobros, trucos, etc.
Debemos tener en cuenta que los perros son seres sociales que necesitan aprender sobre comunicación, comportamiento educado y autocontrol. De otra manera su vida como miembro de una manada seria insoportable. Y ellos aprenden, poco a poco, como los seres humanos durante la infancia y la adolescencia. ¿Quién ha visto alguna vez a un niño de 4 o 6 años con auto-control? Cuando un “cuatroañero” se vuelve histérico, no hay manera de hacerle entrar en razón. Lo mismo con uno de 6 años. Tratar de enseñarle algo en pleno ataque de histeria es desesperante. Necesitamos esperar que se calmen para lograr que nos escuchen y conseguir enseñarles algo.
Cuando un propietario va a clase con un perro joven (un “niño de 6 años”), este rápidamente entrara en estado de excitación –debido a nuevos perros, nuevo sitio, nuevas situaciones, etc.- Al mismo tiempo, las clases requieren que el perro y el propietario sigan un estricto programa de ejercicios, y además, la duración del programa es demasiado larga para un perro joven. No me sorprende que nuestro “seisañero” se vuelva agitado e incluso histérico. Muchos (realmente muchos) propietarios abandonan estas clases y cursos porque sus perros son “impulsivos”, “muy nerviosos” o “cabezasduras”. He conocido muchos propietarios en esta situación. Sus perros no están “locos” como ellos me cuentan, la explicación es que sus niveles de estrés están al máximo y los de auto-control al mínimo. ¡Naturalmente!
Porque no han aprendido como lidiar con este tipo de situaciones anteriormente. ¡Están condenados a fracasar!
El uso de violencia o fuerza para conseguir que nuestro perro nos preste atención en ninguna situación nos reportara nada bueno. Por el contrario, si nuestro perro no se encontraba ya en un estado de histeria, lo estará si lo forzamos o amenazamos. NO es nuestra misión poner el listón de demandas demasiado alto, esto no ayuda. Si nuestro joven perro no puede con una situación, quiere decir simplemente que no esta capacitado para hacerlo. Nosotros podemos prevenir todos estos problemas aprendiendo a observar el estado emocional de nuestro perro, aprendiendo a ver cuando la temperatura empieza a subir y dejar de hacer lo que estemos haciendo antes que el perro alcance un nivel de estrés y excitación en el que ya no le sea posible comunicarse y aprender.
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